Campillo El Niño

“EL NIÑO de Campillo” está elaborado con 90% Tempranillo y 10% Graciano. Se ha realizado una “semi-maceración carbónica” en su vinificación con lo que hemos conseguido sutiles aromas, posteriormente fundidos con los de la barrica nueva, donde ha permanecido siete meses. Presenta un color rojo cereza de tonalidad púrpura. Con aromas de abundante fruta roja madura bien ensamblada con elegantes torrefactos y notas de vainilla. En boca es fresco y equilibrado con buena amplitud de matices y de elegante final.

Zona: DOCa. Rioja
Cosecha: 2013
Variedades: 90% Tempranillo y 10% Graciano
Viñedos: Finca Villa Lucía
Altitud: 650 m.
Rendimiento: 5.000 Kg. /ha
Terreno: Arcilloso - Calcáreo
Elaboración: Vendimia manual, para que la uva legue entera a la
bodega. Tras su desgranado, las bayas se encuban sin
romper en los depósitos de vinificación donde realizamos
una semimaceración carbónica consiguiendo así
distinguidos y sutiles aromas que posteriormente se
fundirán con los de la barrica nueva, donde permanecerá
durante 7 meses.

Notas de cata:
Apariencia: Color rojo cereza con tonalidad púrpura. Limpio y brillante.
En Nariz: Buena intensidad aromática con abundante fruta roja
madura, bien ensamblada con elegantes torrefactos y notas
de vainilla procedentes de la barrica nueva.
En Boca: Fresco y equilibrado, con buena amplitud de matices y
elegante final.

Viñedos:
En BODEGAS CAMPILLO viñedo y bodega forman una unidad indisoluble, una bodega abierta a un gran viñedo o un viñedo excepcional del que surge una gran bodega. Campillo es uno de los pocos ejemplos en Rioja del modelo chateau. La propiedad de vastas extensiones de viñedo nos permite controlar, desde el origen, la calidad final que obtienen en sus vinos.
Ésta es una constante en toda su gama, con un estilo y personalidad únicos, cuidando desde el principio las uvas se puede obtener el mejor vino.
Naves de crianza:
Desde el mezanino intermedio se observa la modernidad y tradición donde reposan los vinos de Campillo. Las bóvedas góticas de piedra protegen la crianza en madera, En dos salas simétricas, bajo un espectacular techo de madera, se crea un espacio de silencio, misterio y reposo. Un espacio en el que solo existen barricas de roble francés y americano, un espacio en el que el tiempo discurre al lento ritmo de la crianza.
Botellero:
En perpendicular a las estancias de barrica, en rigurosa rima, formando un alto muro de cristal, se apilan millones de botellas. La vista se pierde en este mar de botellas, y la imaginación nos llevará a pensar como ha sido posible crear un espacio con una geometría tan perfecta. Y de nuevo el lento paso del tiempo se convierte en el aliado de vino, para que este se afine en el interior de cada botella.